jueves, 20 de noviembre de 2008

ANGLO <<>>






FRAY BENTOS, EL CAMINO DE LA CARNE.
Cuando en los últimos años de la década de 1910 la Liebig acusó el desmedro causado por el resultado de la Primera Guerra Mundial, el establecimiento estuvo a punto de cerrar, hasta que en 1920 se produjo un negocio que hizo surgir a la que fuera la ANGLO DEL URUGUAY, con capitales netamente ingleses.A este establecimiento le tocó desarrollar la novel tecnología de la industria frigorífica y hacer frente a los compromisos de producir para dar de comer al viejo mundo, sumido en las conflagraciones de la II Guerra Mundial y la Guerra de Corea.Nunca se hizo más real aquel dicho -nacido en épocas de la Liebig- que en Fray Bentos "lo único que se desperdicia es el mugido del vacuno". El aumento del consumo generó un crecimiento inusual de la empresa y sus instalaciones fabriles, a las que se sumaron durante décadas departamento tras departamento, produciendo no solamente conservas de carne -ideales para el consumo de las tropas aliadas- sino también varios subproductos originados en la faena de carneros, cerdos, pavos, vacunos y en el aprovechamiento de la producción agraria de la que surgían inigualables productos en su calidad como rabos vacunos, lenguas de cordero y de cerdo, pucheros enlatados, albóndigas, ravioles enlatados, salchichas, quesos de cerdo, salames, mortadelas, chorizos, panceta ahumada, lomito de cerdo, pildoritas, sesos, jamón, paté, frutas y legumbres enlatados, dulces y mermeladas, etc.

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